Prensa MPPS.- Hace 35 años Venezuela vivió uno de los acontecimientos más represivos y sangrientos de nuestra historia contemporánea. Era el 27 de febrero de 1989 cuando el gobierno neoliberal, presidido por Carlos Andrés Pérez (CAP) y quien subordinado al Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC), implementó el llamado “Paquetazo”, un conjunto de medidas económicas que iban en detrimento del bienestar social de la población venezolana, como lo fue el aumento en el costo de la gasolina, el precio del pasaje del transporte público, la liberación de precios de productos de primera necesidad, la privatización arbitraria de empresas del Estado, el congelamiento de sueldos y salarios y recortes de todos los “gastos” o presupuestos destinados al área social, así como a un progresivo aumento de la deuda externa nacional.

Estas medidas desataron una serie de sucesos violentos que originaron un estallido social, primeramente, en la ciudad de Guarenas del Estado Miranda, y que posteriormente llegó hasta la ciudad capital, ocasionando decenas de autobuses incendiados y el saqueo a comercios.

En un intento de frenar la rebelión popular, CAP suspendió algunas garantías constitucionales de la carta magna de 1961, como libertad y seguridad personal, libertad de tránsito, inviolabilidad del hogar, libertad de expresión, derecho de reunión y derecho de manifestación, pero la población se mantuvo en la calle en su aspiración de detener la implementación de las medidas económicas anunciadas, y, en consecuencia, generó una fuerte represión por parte de los cuerpos de seguridad del Estado que disparaban a mansalva a los manifestantes.

La cruel represión, dejó un saldo de más de 200 fallecidos, aunque después de 35 años, todavía se desconoce la cifra real, por eso es calificado como una gran masacre.

Estos hechos tuvieron dos resultados; primero, una masacre sin precedentes en la historia de la República y segundo, un cambio de paradigmas, el cual se impulsó desde la conciencia social para cambiar el sistema de la democracia representativa.

Despertar de la conciencia de un pueblo

Para el comandante eterno, Hugo Chávez, El Caracazo “fue la chispa que encendió el Motor de la Revolución Bolivariana”, ya que hizo despertar a la población e impulsó el plan del Golpe de Estado, el cual lideró, el 4 de febrero del año 1992.

“…el 27 de febrero no ha terminado porque sigue levantando su grito y su canto de dolor y de esperanza y de clamor por eso que ya ha dicho un mundo mejor eso fue un día de rebelión popular eso fue el 27 de febrero rebelión popular es mentira que fue un pueblo o una turba inconsciente…”, afirmó Chávez en un discurso en el año 2011 en una ocasión para ese entonces como presidente de la República.

El entonces jefe del Estado dijo que la burguesía “no debe olvidar que una de las causas de El Caracazo fue el incremento de la pobreza (…) producto del neoliberalismo que anda aspirando volver a Venezuela”.

De igual forma, el presidente de la República Nicolás Maduro, afirmó en una oportunidad: “Una rebelión de millones, se llamó el Caracazo, pero fue el “venezolanazo”, millones de rebeldes en las calles diciendo ¡ya basta!, luego de dos siglos de traiciones, saqueos, represión de la cuarta república, que negaba los derechos sociales al pueblo invisible y aplastado, que solo era buscado cada 5 años para lograr su voto”.

Hoy Venezuela conmemora la valentía de un pueblo que salió a defender sus derechos, que hoy en día sigue heroico, sigue firme en su ideario patriota y en su integridad por la lucha de sus ideales, manteniendo el legado de Hugo Chávez de la mano del presidente revolucionario Nicolás Maduro, continuando en el camino del amor, lealtad y en defensa de la soberanía del país.

Gestión Comunicacional MPPS

 

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