Prensa MinSalud.- La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra cada año del 1 al 7 de agosto. el lema del 2025 es “Priorizar la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenibles”. Este lema se enmarca dentro de la campaña «Comienzos saludables, futuros esperanzadores» de la OMS y busca destacar la lactancia materna como base para la salud, el desarrollo y la equidad a lo largo de la vida, una iniciativa que busca sensibilizar y generar apoyo a esta práctica fundamental para la salud y el desarrollo de la humanidad.
Kraus Terry, pediatra-puericultor del equipo que conforma el viceministerio de redes de salud colectiva, del Ministerio del Poder Popular para la Salud (MinSalud), reafirma que la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé es muy importante. Además, recomienda durante los primeros seis meses de vida del bebé, y continuar amamantando junto con alimentos complementarios adecuados hasta los dos años o más.
El Dr. Kraus habló sobre la leche materna, resaltando: “No es algo fijo, esta se adapta a las necesidades cambiantes del bebé, por lo que existen tres tipos.
Calostro: Es la primera leche, producida en los primeros días después del parto. Es un líquido espeso y amarillento, en pequeña cantidad, pero muy poderoso. Rico en anticuerpos y proteínas, actúa como la primera vacuna del bebé, protegiéndolo de infecciones y ayudando a su sistema digestivo a madurar.
Leche de transición: Aparece entre el quinto y el décimo día postparto. Es más abundante que el calostro y su composición va cambiando gradualmente, aumentando en grasa y lactosa para proporcionar la energía necesaria para el rápido crecimiento del bebé.
Leche madura: Se produce a partir de las dos semanas. Es el tipo de leche que el bebé consumirá durante la mayor parte de su período de lactancia”.
El especialista también destacó que existen muchos mitos sobre la lactancia materna, por lo que se deben desmontar estas creencias erróneas, como:
- «Mi leche no es suficiente» o «Mi leche no alimenta»: Salvo en casos muy específicos de enfermedades o medicación, la gran mayoría de las madres producen leche suficiente y de la calidad necesaria para su bebé. La producción se regula con la demanda.
- «Tengo los pechos pequeños, no podré amamantar»: El tamaño de los senos no tiene ninguna relación con la capacidad de producir leche. Las glándulas mamarias son las responsables, no el tejido graso que determina el tamaño.
- «Si estoy resfriada o enferma, no puedo amamantar»: En la mayoría de los casos de enfermedades comunes (resfriados, gripe, etc.), es seguro y hasta beneficioso seguir amamantando. Los anticuerpos de la madre pasan al bebé, protegiéndolo de la enfermedad. Consulta siempre a tu médico.
- «Hay que establecer horarios rígidos para amamantar»: La lactancia debe ser «a libre demanda». El bebé sabe cuándo tiene hambre. Ofrecerle el pecho cada vez que lo pida asegura que reciba suficiente leche y estimula la producción.
- «Si el bebé llora, es por hambre y mi leche no lo llena»: El llanto del bebé puede deberse a muchas razones (sueño, frío, calor, necesidad de consuelo). No siempre es hambre, y mucho menos un indicador de leche insuficiente.
- «Necesito beber leche para producir leche»: No es necesario consumir lácteos para producir leche materna. Una dieta equilibrada y una buena hidratación son clave.
Por otra parte, el galeno argumenta que son muchos los beneficios que tiene la lactancia materna, entre los cuales podemos señalar:
- Nutrición óptima: Proporciona todos los nutrientes, vitaminas y minerales que el bebé necesita para crecer y desarrollarse saludablemente.
- Defensas poderosas: considerada la primera vacuna, está cargada de anticuerpos que protegen al bebé contra una amplia gama de enfermedades e infecciones, como diarrea, infecciones respiratorias, otitis y alergias.
- Menor riesgo de enfermedades crónicas: Reduce el riesgo de desarrollar obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares en la vida adulta.
- Mejor digestión: Es de fácil digestión, lo que disminuye la incidencia de cólicos y estreñimiento.
Esto en cuanto al bebé, tomando en cuenta que también trae múltiples beneficios para la madre, que enumeraremos a continuación:
- Recuperación postparto: Ayuda al útero a contraerse más rápidamente, reduciendo el riesgo de hemorragias postparto.
- Pérdida de peso: El proceso de producción de leche quema calorías, lo que puede contribuir a la recuperación del peso anterior al embarazo.
- Menor riesgo de cáncer: Disminuye el riesgo de cáncer de mama y de ovario.
- Vínculo emocional: Fortalece el vínculo afectivo entre madre e hijo, promoviendo un apego seguro y una conexión profunda.
Una de las preocupaciones más comunes en las lactantes es la frecuencia y los horarios para amamantar a sus bebés. Como nos cuenta la joven madre Rosa Nacary Hernández, de Caracas, “amamantar a mi hija es una forma de decirle: aquí estoy para ti con mi cuerpo y con todo mi amor para ti (…) Por momentos no sabía si debía amamantar a una hora específica y cuántas veces debía dar pecho a mi bebé”.
Ante este desafío de una joven madre, el profesional de la salud, Kraus, nos dice que “la lactancia materna es a libre demanda y es un proceso guiado por el bebé; los recién nacidos lactan entre 8 y 12 veces en un periodo de 24 horas y algunas veces más (…) el tiempo que el bebé pasa en el pecho también es variable. Algunos bebés son eficientes y maman en 10-15 minutos; otros pueden tomar 30 minutos o más. Lo importante es que el bebé succione activamente y se vea satisfecho”, terminó acotando el especialista.
La lactancia materna es un acto de soberanía alimentaria, ya que asegura la nutrición del bebé con un alimento natural, gratuito y producido por el propio cuerpo de la madre. Esta práctica reduce la dependencia de productos artificiales y empodera a las madres en la toma de decisiones sobre la alimentación de sus hijos.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna es una oportunidad para recordar que la lactancia es un derecho y una responsabilidad compartida. Necesitamos construir entornos que apoyen a las madres lactantes, desde el ámbito familiar y social hasta el laboral y de salud.
Si eres madre lactante, confía en tu cuerpo, busca apoyo en grupos de lactancia, consultoras de lactancia o profesionales de la salud. Si eres familiar o amigo, ofrece tu ayuda, tu comprensión y tu ánimo. Si eres empleador, considera políticas que permitan a las madres continuar con la lactancia al reincorporarse al trabajo.
La lactancia materna es más que una forma de alimentar; es un acto de amor que siembra salud, bienestar y un vínculo inquebrantable entre madre e hijo, sentando las bases para un futuro más saludable para todos.
Gestión Comunicacional MinSalud