Roiman F. Navarro V. / Prensa MinSalud. – El Ministerio del Poder Popular para la Salud (MinSalud), a través del Sistema Público Nacional de Salud (SPNS), se une a la conmemoración del Día Mundial de la Urticaria Crónica, que se celebra cada 1 de octubre, reafirmando su compromiso con el diagnóstico, tratamiento y apoyo integral a los pacientes que padecen esta afección dermatológica.
La Urticaria Crónica (UC) es una enfermedad de la piel caracterizada por la aparición diaria o casi diaria de ronchas (habones) y, a menudo, hinchazón profunda (angioedema) durante seis semanas o más. Esta condición, aunque no es contagiosa, tiene un impacto en la calidad de vida de quienes la padecen, afectando su sueño, estado emocional y desempeño social y laboral.
No se puede curar la urticaria crónica, pero se pueden prevenir sus brotes identificando y evitando sus desencadenantes, como alimentos, medicamentos, estrés o ropa ajustada. Otras estrategias de prevención incluyen el uso de ropa de algodón, mantenerse hidratado y tomar ciertos medicamentos, como los antihistamínicos, de forma regular.
MinSalud destaca la importancia de sensibilizar a la población y al personal de salud sobre los síntomas de la urticaria crónica, que incluyen ronchas o habones de color rojo o rosado que pican intensamente y que desaparecen en menos de 24 horas, angioedema o hinchazón en párpados, labios, manos, pies o genitales y picor (prurito) severo que interfiere con las actividades diarias y el descanso.
El diagnóstico oportuno es importante para mitigar las molestias y el deterioro emocional que genera la urticaria crónica. Es fundamental que, ante la persistencia de estos síntomas, las personas acudan a la red de salud para ser evaluadas por el especialista, que puede ser un dermatólogo o un alergólogo.
El SPNS garantiza que la red de salud pública, en sus distintos niveles de atención, está preparada para ofrecer la orientación y el tratamiento adecuado a los pacientes con UC.
Desde los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) y ambulatorios, se orienta a los pacientes hacia la consulta especializada para confirmar el diagnóstico y establecer un plan terapéutico individualizado, que generalmente incluye el uso de antihistamínicos de última generación y, en casos específicos, otras terapias avanzadas.